Por: Reverendo David Rodríguez
Mis queridos hermanos y hermanas, seguimos la Luz del Resucitado Jesús, y descubrimos en Él, el sentido de la historia de la Humanidad que debe estar confiada en su Salvador. Atrás quedaron temores y dudas de Pedro y los discípulos al tener la experiencia con el Resucitado, el cual les dio un nuevo sentido a sus vidas. El mismo Jesús, quiere darnos un nuevo sentido a nuestras vidas. Muchas cosas nos preocupan y quitan nuestra atención en Aquel que todo lo puede. En el momento de prueba que vive la humanidad al enfrentar la Epidemia Covid – 19; nos llama a vernos entre nosotros mismo y experimentar como la primera comunidad cristiana de la historia, a buscar al Resucitado y llenarnos de su fuerza y vida.
En el Evangelio de hoy jueves, Lc, 24, 35 – 48. Observamos en estos relatos las dudas y zozobras se centran en la realidad del Resucitado y su presencia entre ellos. Puesto que la misión va a consistir en anunciar a todo el mundo que Jesús está presente en la comunidad, es decir, en medio del grupo reunido en torno a los apóstoles, hay que despejar toda duda que afecte a este núcleo de la misión. Es de destacar que sería una experiencia asombrosa desde el corazón de cada uno de los discípulos donde se entremezclaba varias sentimientos.
En resumen, vemos desde el análisis de los estudiosos desde el texto sagrado, la intencionalidad de estructurar una explicación del evangelista, mostrarnos y hacernos entender que tenemos que superar nuestras dudas. Es inútil que nos preguntemos cómo pudo Jesús glorificado tomar alimentos. Mejor es entender las comidas del Resucitado como una pista que nos dan estas catequesis pascuales para comprender cómo el verdadero encuentro con Jesús Resucitado se realiza en una comida del grupo de creyentes, en la que el mismo Jesucristo participa, y celebra “al atardecer; el primer día de la semana”.
Señor Jesús, verdaderamente proclamamos tu resurrección, vives para siempre y nos acompañas siempre. Amen. Aleluya.