El Papa ha reanudado el ciclo de catequesis sobre las Bienaventuranzas que termina con la octava: “Bienaventurados los que padecen persecución a causa de la justicia porque de ellos es el Reino de los Cielos”.
La audiencia general de esta mañana ha tenido lugar en la Biblioteca del Palacio Apostólico Vaticano, motivado como es bien sabido a la pandemia mundial del Covid-19. Durante el inicio el Papa Fracisco dijo: » Con la audiencia de hoy concluimos el itinerario sobre las Bienaventuranzas del Evangelio. Como hemos escuchado, la última proclama la alegría escatológica de los perseguidos por la justicia».
El Pontífice prosiguió diciendo: » La pobreza de espíritu, el llanto, la mansedumbre, la sed de santidad, la misericordia, la purificación del corazón y las obras de paz pueden conducir a la persecución por causa de Cristo, pero esta persecución al final es causa de alegría y de gran recompensa en el cielo. El sendero de las Bienaventuranzas es un camino pascual que lleva de una vida según el mundo a una vida según Dios, de una existencia guiada por la carne – es decir, por el egoísmo – a una guiada por el Espíritu».
«Debemos ser fieles al sendero humilde de las Bienaventuranzas, porque es el que lleva a ser de Cristo y no del mundo. Vale la pena recordar el camino de San Pablo: cuando se creía un hombre justo, era de hecho un perseguidor, pero cuando descubrió que era un perseguidor, se convirtió en un hombre de amor, que afrontaba con alegría los sufrimientos de las persecuciones que sufría(cf. Col 1,24)» expreso el Papa Francisco.
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